Acabadas las vacaciones
de Semana Santa, se acaban también las vacaciones del blog, que por cierto, han
sido bastante larguitas.
Como ya sabéis nos
encanta aprovechar las vacaciones para llevar a algún GURITO a conocer mundo,
así que esta Semana Santa, nos hemos ido con una GURI-MARIQUITA a Copenhague.
Como siempre, lo primero
que hicimos fue buscar un free tour por la ciudad. Y lo encontramos.
El free tour comenzó en
el Ayuntamiento. Lo que más me llamó la atención de este edificio es que tiene
unos osos polares en la parte superior, haciendo alusión a Groenlandia.
El free tour no nos decepcionó,
además de enseñarnos los sitios más típicos de la ciudad, nos contaron cantidad
de anécdotas. Desde la vida de Hans Christian Andersenhasta las disputas entre
el fundador de la Cerveza Carlsberg y su hijo.
Entre otros sitios
paramos en el Nyhavn. Esta es sin duda la estampa más típica de Copenhague. El
puerto con los barquitos y las casas de colores. Verdaderamente es un sitio con
muchísimo encanto. Por cierto que en 3 casas de esta calle vivió Hans Christian
Andersen.
El tour acabó en Palacio
de Amalienborg, la residencia de la familia real danesa en Copenhague. Está
compuesta por cuatro edificios idénticos de estilo rococó. Uno de ellos se usa
para las visitas oficiales, otro fue la residencia del príncipe, otro es la residencia
actual del príncipe y el otro es la residencia de la Reina.
Muy cerquita del Palacio
Real se encuentra la ópera de Copenhague. Un edifico muy moderno al que algunos
llaman la calabaza, sobre todo, porque por la noche se ilumina de naranja la parte central que tiene una forma parecida a una calabaza.
Desde ahí continuamos
nuestra visita de Copenhague hacia la Sirenita. Hay mucha gente a la que le
decepciona esta estatua. A mí me pareció exactamente lo que esperaba. La
Sirenita fue un reglo del fundador de Carslberg a la ciudad y hace referencia a
la Sirenita de un cuento de Andersen, que según cuentan se parece bastante
poco al de Disney (sobre todo porque en el cuento al final el príncipe se va
con otra). Como curiosidad contaros que a la pobre Sirenita le han cortado la
cabeza y los brazos un par de veces y le han pintado la cara en varias
ocasiones.
Después de conocer a la
famosa Sirenita nuestra siguiente parada fue el Kastellet, una antigua
fortificación de la ciudad, con sus barracones, sus cañones y mucho césped. Un
lugar muy agradable para pasear.
Continuamos nuestra
visita en Rosenborg un bonito castillo con foso y torrecillas.
Y después nos fuimos a Nørrebro,
un barrio multicultural y alternativo. Allí hay un mercado muy molón, parecido
al mercado de San Miguel de Madrid, con puestos con productos gourmet y donde
te puedes comprar comida y tomártela en los merenderos que hay fuera.
Con este mercado dimos
por finalizado nuestro primer día turístico.
Al día siguiente
decidimos ir a Helsingør, donde se encuentra el Castillo de Kronborg, en el que
se desarrolla Hamlet. El Castillo es bien chulo y el pueblito es bastante mono,
lo que pasa es que al ser Semana Santa estaba un poquito muerto. Desde el
Castillo de Kronborg se puede ver Helsingborg, perteneciente a Suecia, que queda
a unos pocos km. De hecho el paso de Helsingør a Helsingborg es la distancia
más reducida que hay entre ambas orillas del estrecho de Øresund que
separa Dinamarca de Suecia.
A la vuelta de Helsingor,
hicimos una paradita en la Torre Redonda. Por supuesto subimos a ver las
vistas.
Nuestro tercer día en
Copenhague lo comenzamos visitando el Parlamento, Christiansborg. En la torre se
observan tres coronas que representan el acuerdo entre Noruega, Suecia y
Dinamarca. Por lo visto este lugar es famoso porque en él transcurre la serie
los Borgen (yo no había escuchado hablar de ella en la vida). En cualquier
caso el edificio es muy chulo.
Se puede subir a la torre, tiene ascensor y además es gratis.
Junto a Christiansborg,
está Borsen, el edificio de la Bolsa, un edificio también muy chulo. Tiene una torre
enrollada formada por las colas de tres dragones que representan a Noruega,
Suecia y Dinamarca (pero desgraciadamente no se ve en la foto).
Como este día el tiempo
no acompañó mucho, aprovechamos para visitar el museo nacional. También es
gratis. Íbamos directos a la exposición de los vikingos (no nos encantó, la
verdad, pero cogimos calorcito).
Comimos y nos asomamos al
Tívoli (cerrado en esta época del año). El Tívoli es un parque de atracciones
muy famoso por ser el segundo parque de atracciones más antiguo del mundo y por
encontrase en mitad de la ciudad. Además se dice que Walt Disney lo visitó,
quedó maravillado y decidió montar Disneyland.
Después hicimos un tour
alternativo (lo contratamos en el free tour) por Vesterbro y Christianshavn.
Vesterbro es
un barrio súper hípster (de hecho todo Copenhague es muy hípster, el año pasado
fue considerada la segunda ciudad más hípster del mundo después de Nueva York).
Si bien Vesterbro no es un
barrio de los más bonitos, la visita fue bastante interesante. Nos contaron un
montón de historias de la vida en Copenhague, nos enseñaron arte urbano, etc.
Después de Vesterbro
fuimos a Christianshavn. Lo más curioso de esta isla es que es toda artificial
y sus cimientos se hicieron con basura.
En Christianshavn vimos la
iglesia de Nuestro Salvador. De esta Iglesia llama especialmente la atención su aguja, a la que se puede acceder después de subir nada más y nada menos que 400 escalones.
Y después fuimos a
conocer la ciudad libre de Christiania. Supongo que soy un poco inculta y por
eso nunca había oído hablar de Christiania. Me quedé alucinada de que exista un
lugar así. Es un barrio parcialmente autogobernado de unos 850 residentes, fundado en 1971 ppr okupas. Es el único lugar de Copenhague donde están
permitidas las drogas blandas. De hecho hay una calle que se denomina la calle
de las drogas donde se puede comprar y consumir marihuana o hachís.
Solo tengo fotos de la
entrada porque dentro o está prohibido o no se recomienda hacer muchas fotos.
Nuestro último día en Copenhague
hizo un sol espléndido. Así que aprovechamos para darnos un paseo en barco por
los canales, que por cierto son de agua salada.
Desde el barquito además de
muchos de los edificios que ya habíamos visto, vimos otros como el Diamante Negro,
que forma parte de la Biblioteca Real de Dinamarca.
Después alquilamos unas
bicis. Montar en bici por Copenhague es un gusto. Hay que tener en cuenta que
la altitud del país media es de 30 m y que el punto más alto tiene 170 m, así
que todo es súper llanito y se va genial. Además, por supuesto, hay carriles
bici por todas partes. De hecho Copenhague ha sido considerada la ciudad más
amigable con las bicis, incluso por delante de Ámsterdam.
Nuestra primera parada en bici fue en la Iglesia de Mármol. Inicialmente iba a ser completamente de mármol, pero resultaba demasiado caro, así que finalmente no toda ella es de mármol.
Con la bici aprovechamos
para visitar el jardín botánico. Un parque precioso con un invernadero
impresionante.
Y continuamos montando en
bici por los 5 lagos que hay en la ciudad.
Hicimos una paradita para
comer en el mercado de Nørrebro. No podíamos irnos sin comer algo típico, así
que nos compramos unos smørrebrød, que consisten en una rebanada de pan negro con mantequilla y diversos ingredientes fríos. A mí se me parecieron bastante a los pinchos,
la verdad.
Después de devolver la
bici, nos dimos un paseíto por Strøget,
la calle comercial de Copenhague, que además es la más larga de Europa. No
pudimos resistirnos a entrar en la tienda de Lego (nos hubiera encantado visitar
Legoland, pero queda a unas 3 horas en coche de Copenhague, otra vez será).
Y con esto acaba nuestra crónica de Copenhague, espero que os haya gustado. Que tengáis un bonito fin de semana.