Tengo mogollón de reportajes de
GURITOS POR EL MUNDO atrasados. Es una pena, porque molan mucho y tienen muchos
fans (jiji, esto creo que lo he exagerado), pero me llevan un poquito de tiempo
y últimamente no encuentro mucho.¡Pero hoy sí!
Este verano los GURITOS han
estado en la Riviera Maya y lo han pasado genial.
La Riviera Maya
está localizada en la Península de Yucatán, en la zona del mar Caribe. Es
una franja de 130 kilómetros entre el mar Caribe y la selva, que va desde
el aeropuerto de la ciudad de Cancún hasta el pueblo de Tulum.
Como ya sabréis, la mayoría de
los hoteles en la Riviera Maya son pedazo de resorts enormes, en los que te
ponen una pulserita para que tengas todo incluido y de donde puedes no salir en
una semana sin aburrirte. De hecho, mucha gente, es lo que hace.
Pero también sabéis que nosotros
no somos de esos, que nos gusta aprovechar el tiempo al máximo y conocer todo
lo que podemos allá donde vamos. Así que desde España nos llevamos contratadas
las excursiones para los primeros días.
Nuestra primera excursión fue a
la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, cuyo nombre en maya
significa lugar donde nace el cielo. Es la mayor área protegida del Caribe
mexicano y cuenta con miles de especies en peligro de extinción. En la
excursión en primer lugar fuimos por dentro de la Reserva en jeep. Llegamos
hasta un pueblito pesquero, que se llama Punta Alen. Allí pillamos una barquita
para ver tortugas y delfines. ¡IMPRESIONANTE!
Después de ver a nuestros
amiguitos nos dirigimos a hacer snorkel en un tramo de la segunda Barrera
Arrecifal más larga del mundo. Otra vez ¡IMPRESIONANTE!
También nos bañamos en el Caribe
en una zona que dicen que son como piscinas, porque el agua está completamente
mansa. Era un agua azul claro, transparente, preciosa. Esto fue una bonita
experiencia, que no conseguimos repetir en muchas ocasiones del viaje, ya que
tuvimos la "suerte" de pillar una plaga de algas que convirtió el agua azul
turquesa del Caribe en agua azul marronácea-caca (muy calentita, eso sí).
Comimos en Punta Alen y volvimos
en jeep por la Reserva de la Biosfera con una paradita para ver cocodrilos (fijaos en la segunda foto).
En conclusión, una excursión muy
recomendable.
Nuestra siguiente excursión fue
al cenote Ikkil, Chichen Itzá y Valladolid.
Tenía muchísima curiosidad por
saber cómo era un cenote. Para los que no lo sepáis, los cenotes son depósitos
de agua de gran profundidad, que se alimentan de la filtración de agua y de corrientes
de ríos subterráneos. La palabra cenote viene del maya dz’onot, que
significa “caverna con agua”. Los hay abiertos y cerrados. El cenote Ikkil como
veréis es abierto y mola mucho, pero está lleno de peña.
Después de un viaje demasiado
largo, llegamos a Chichen Itza. Una zona arqueológica incluida en el listado de
las 7 Maravillas del Mundo Moderno. Aunque Chichen Itzá es impresionante y es
alucinante lo que hicieron los mayas allí, a mí me supo a poco... Además la
excursión dejaba demasiado poco tiempo libre para recorrer toda la zona, que
por otro lado está llena de puestos de souvenirs.
De Valladolid no tengo ni foto.
No hay mucho que decir de ella. Te paran en una plaza básicamente para que
compres (cosa que hice, por cierto).
Nuestra siguiente excursión nos
llevó a Tulum, Cobá y el Cenote Tankach-Ha. En excursiones anteriores conocimos
a un grupillo de españoles y nos unimos para hacer este tour.
Aprovecho este momento para
recomendar la empresa Excursiones Mayas. La lleva un chico de Sevilla
encantador que nos ayudó un montón. Esta empresa propone las excursiones y te
proporciona el transporte y el guía, pero te da libertad para visitar algo más,
para parar cuando tú quieras y donde tú quieras. Y por supuesto te ahorras los
interminables viajes de hotel en hotel recogiendo a gente y las visitas
obligadas a algunas tiendas, propios de las excursiones organizadas.
Tulum es un conjunto de ruinas
ubicadas en un alto junto al mar. A mí me encantó (diría que más que Chichen
Itzá). El enclave, las ruinas, las palmeras. Una pasada (y eso que no vimos el
agua caribeña azul turquesa, sino el
agua marronácea-caca).
Y Cobá también me encantó. Esta
zona arqueológica no está tan explorada y restaurada como Chichen Itzá y Tulum.
Aún tiene muchas estructuras y construcciones cubiertas por la jungla. Para mi
gusto, estas ruinas se disfrutan un montón. Puedes recorrer la zona en bici o
en bici-taxi y cuenta con la única pirámide maya (NohochMul) a la que se puede
subir a día de hoy. Y eso es muuuuuuuuuy guay. Tras subir 120 escalones de
piedra y 42 m llegas a lo alto de la pirámide y las vistas de la selva son una
pasada.
Para refrescarnos después de la
escalada y el paseo en bici por Cobá, visitamos un cenote cerrado, el Cenote Tankach-Ha,
que significa aguas profundas (tiene profundidades hasta de 35 metros). Para
llegar hay que bajar por unas escaleras de madera en forma de espiral 17
metros. Por el camino te encuentras 2 plataformas, una a 10 metros de altura y
la otra a 5 metros, por si quieres hacer un buen salto al cenote (os extrañará,
pero de este salto pasé).
Al terminar de bajar, te encuentras
aguas cristalinas dentro de una cueva. Por una parte encanta, y por otra parte
da un poco de yuyu. (No tengo foto porque estaba muy oscuro).
Otro día fuimos conocer Isla
Mujeres. Esta isla está al norte de la Riviera Maya, en la zona de Cancún. No
es la excursión que más nos apetecía del mundo, pero debido a la ya mencionada
plaga de algas, decidimos ir, ya que las alguitas no habían invadido esa zona
del Caribe.
La excursión para mi gusto no es
muy recomendable, aunque lo pasamos fenomenal. Te llevan en catamarán, con
música, con bebida, con animadores... un rollo Ibiza cutre. Lo que sí es verdad
que el mar era el que deseábamos ver y solo habíamos visto en Sian Ka’an. Agua
turquesa y transparente. Precioso.
Hicimos un snorkel completamente
masificado, en el que lo que más vi fueron culos y aletas. Me dediqué más a
esquivar los golpes que a mirar los pececillos.
Y visitamos la isla. Isla Mujeres
es un pueblito pequeño, lleno de tiendas, restaurantes, bares, casas pintadas
de colores brillantes. Al llegar puedes alquilar carritos de golf para pasear
por el pueblo.
Otro día fuimos a conocer Playa
del Carmen, la ciudad más conocida de la Riviera Maya. Es una ciudad
completamente turística llena de tiendas de souvenirs, bares, restaurantes y
hoteles. Con todo y con eso a mí me parece que tiene su encanto.
Tampoco pudimos resistirnos a
participar un poquito del turismo de resort. Tengo que reconocer que es fácil
acostumbrarse a estar en la tumbona y que te traigan un daiquiri, a cenar cada
día en un restaurante temático, a que te lleven en cochecito por todo el complejo
turístico, a tomar cócteles en la piscina, a comer hamburguesas en la playa...
Nuestro hotel era el IBERSOTAR
PARAÍSO LINDO. El complejo es la leche y tiene de todo, mogollón de
restaurantes, piscinas, espectáculos, animales (pavos reales, flamencos,
coatíes...), un centro comercial, tiendas, gimansio... y dicen que la playa es
de las mejores de la zona (aquí tengo que volver a recordar la plaga de algas
que no nos dejó ver esa playa tan estupenda, sino el agua marronácea-caca). Si
eres de los que quieres pasar muchas horas en el hotel, perfecto. Pero si eres
de los que quieres salir, para mi gusto está mal ubicado, ya que se encuentra
aproximadamente a 20 km al norte de Playa del Carmen. Después de pasar allí
poco más de una semana, creo que lo mejor es estar en Playa del Carmen y si no
es posible, hacia el sur, pero no hacia el norte.
De despedida os enseño al GURITO a tope de mejicano.
Espero que os haya gustado este
GURI-REPORTAJE y que si vais a Riviera Maya no os pille una plaga de algas...